domingo, 2 de febrero de 2014

El Aserrador - Morro Pajonales - Presa Cueva de Las Niñas - La Candelilla

Sábado 1 de Febrero de 2014

Después de una semana de intensas lluvias, nos pusimos en marcha para hacer la segunda caminata de este año. Mientras que en Teror no paró de llover, en Tejeda hacía un sol espléndido.

En el Aserrador, justo en la bajada que va a El Juncal, nos pusimos en marcha.



 
 
Nos desviamos en la subida marcada con piedras


Desde El Aserrador, Juan nos decía adiós con la bocina de la guagua




En pleno ascenso



 Atrás va quedando El Aserrador



Impresionantes moles de piedra




Al otro lado...

... el mar de nubes al fondo


Luis, nuestro Ángel de La Guarda


Desde lo alto,  se divisa El Juncal de Tejeda


A seguir subiendo



"Y al volver la vista atrás,  se ve la senda que dejamos al pasar..."


Ya se ve el Morro de Pajonales



Hacia él nos dirigimos.



¡Qué mareadita llegué!


Paisajes de ensueño


De nuevo El Juncal, pero visto desde más alto


Allá van los correcaminos, en lo alto de la loma


A la derecha del tronco del pino, se puede apreciar el Roque Nublo


¿Quieren caramelos?


¡Qué belleza!





 
¡Quietos, que les hago una foto!



Se fue la bruma


De nuevo El Roque Nublo, y el Risco de La Fogalera,
en el extremo derecho de la foto



Seguimos la panorámica



¡Alto, se ve El Teide!


En busca del bastón perdido.  ¡Y ninguno lo vio!



¡Sorpresa! La presa de Las Niñas!







En este punto,  comienza el paraje natural de Inagua


Nosotros seguimos por El Pinar de Pajonales




¡Ya era hora de que pararan para comer!

 
Diez  minutos para matar el jilorio y a seguir la marcha
 


Aumentando la fotografía vemos el  famoso árbol de Casandra, en plena presa de las Niñas.
Para nuestra desolación y debido a lo poco que ha llovido por esta zona,
se aprecia a sus pies, la presa sin una gota de agua.


Cabañas de Pajonales


La carretera que va hacia Ayacata



Aquí nos esperaba Juan con su guagua





Después de hacer un poco de trampa, Juan nos acerca en la guagua
hasta la bajada que sigue hasta la Candelilla.



Atrás vienen ahora los valientes que siguieron caminando por la carretera



¡La que nos espera!


Lo que vamos dejando atrás

Nuestro destino sigue al frente...



... entre riscos y laderas
 
 
 Las valientes caminantes



Aunque el camino no fue muy bueno, debido a las piedras;
 nos acompañaba un agradable olor a la flor de lavanda, al rozar con ellas



También disfrutamos de la belleza de los almendros en flor

 
Por fin llegamos al fondo del barranco. Allí nos refrescamos un poco
 e intentamos coger resuello para la terrible subida que nos esperaba.



Subida que lo pasé mal por los dolorosos calambres que me dieron.
Menos mal, que luego pudimos tomarnos una cerveza y reponer fuerzas






Gracias a Luis, Mª Dolores y José Antonio, que estuvieron a mi lado hasta el final. También a los compañeros que tuvieron que esperar por mi



 
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